Los Latones de La Fueva pasan el verano a la sombra de los árboles, refrescándose en las charcas y cubriéndose con barro para mantener el fresco y protegerse del imponente sol de esta época del año. Desde sus posiciones controlan las zonas más frescas del bosque, donde pasan las horas más cálidas en espera de la caida del sol.
Cuando afloja el calor, comienza la intensa actividad de búsqueda de comida, paseos, prospecciones y curioseos varios por la zona. Un verano feliz en su tranquilo campamento en las montañas del Pirineo.