¿Sabemos lo que comemos? La pregunta nos sumerge en una interesante reflexión sobre los hábitos alimenticios que tenemos y por extensión nos sugiere otras cuestiones:
- ¿Realmente le damos a nuestra alimentación la importancia que se merece? En el mundo de las prisas que hemos creado cada vez están menos atendidos los aspectos relacionados con la alimentación.
- ¿Sabemos reconocer y valorar los mejores productos? Muchas veces en la tienda llegamos a una estantería donde hay marcas y/o variedades del mismo producto que duplican en precio a su vecino. ¿Es más caro el que tiene un mayor valor monetario?
- ¿Estamos suficientemente informados? ¿Comeríamos muchos de los alimentos si realmente conociéramos todo el proceso de producción y entendiéramos su composición?
- ¿La industria alimentaria es suficientemente responsable? Como cualquier sector se rige por las leyes del mercado y en los últimos años tampoco ha escapado de la globalización, pero entre sus procesos y decisiones se puede comprometer la salud a corto y largo plazo de la población a la que alimenta.